Opinión del Dr. Javier Carlín
Por Julio Talledo. 21 junio, 2013.“…siento que aprieto los dientes. Los veo más pequeños que antes y me duele la cabeza más a menudo”. Frases como estas se repiten cada vez más. El apretamiento o rechinar de los dientes o bruxismo es un hábito bastante molesto para quien lo sufre y es muy difícil de controlar sin ayuda del odontólogo.
El Dr. Javier Carlín, odontólogo del Policlínico de la Universidad de Piura (UDEP), explica que el bruxismo no es una enfermedad sino un hábito involuntario de rechinar o frotar los dientes superiores con los inferiores. “Si este hábito no es controlado, puede llegar a causar enfermedades en nuestro sistema masticatorio. En edades tempranas, se considera normal debido al crecimiento maxilar y a la aparición de los dientes de leche o al brote de los primeros dientes permanentes. Esto se da entre los 2 y los 8 años aproximadamente. Pero, se considera una parafunción, es decir una función masticatoria incorrecta, si continúa en la edad adulta”.
El doctor Carlín, quien posee experiencia laboral en instituciones odontológicas de América y Europa, sostiene que no existe relación científicamente comprobada entre la parasitosis y el bruxismo, como algunos creen. Lo que sucede es que, a menudo, los niños pequeños son los que sufren más de parasitosis intestinal y es justamente en esta etapa en que se presenta el bruxismo funcional, muy normal en esta edad.
Causas del bruxismo
Una de las causas y la más común, es el estrés. “Nuestro cuerpo tiene que liberar las tensiones producidas por las situaciones cotidianas a las que diariamente estamos sometidos: falta de tiempo, la carga académica y laboral, falta de dinero, discusiones… Y, las maneras más comunes de descargar esa tensión son, por ejemplo, morderse las uñas o la tapa del bolígrafo o mover nerviosamente una pierna cruzada sobre la otra; y, la más común es frotar nuestros dientes entre sí”.
La otra causa es funcional, afirma el odontólogo de la UDEP. “Por ejemplo, puntos más elevados que otros en nuestra dentadura (puntos de contacto prematuros), que pueden deberse a un empaste que no se pulió lo suficiente, o dientes en mala posición que inconscientemente frotamos para eliminar estos puntos altos”, explica.
Cómo detectar este hábito molesto
- Dándose cuenta de que uno está apretando o frotando los dientes; aunque generalmente lo notan quienes comparten nuestro dormitorio ya que ocurre en horas de sueño y el rechinar de los dientes suele producir un ruido muy característico.
- Si notamos ruidos en la articulación de la mandíbula al abrir y cerrar la boca como un’ clic’, un chasquido o un crujido.
- Si comienza a notar que sus dientes se fracturan y sus curaciones se rompen o despegan.
- Notando la sensibilidad en los dientes con el contacto del líquidos fríos, dulces y el aire de nuestra respiración.
- Si se despierta con una molestia o dolor muscular en las sienes y en los músculos de la mandíbula; y hasta con un dolor tipo migraña u otitis.
- Y, finalmente, con un cuestionario muy sencillo por parte de su odontólogo y con el examen clínico pertinente, para detectar líneas de fractura y hasta un desgaste muy severo.
¡Cuidado con la dentadura!
Con el bruxismo, las piezas dentarias suelen presentar fracturas y desgaste y si esto no se aborda a tiempo pueden aparecer lesiones mucho más serias como fracturas dolorosas, sin que haya más remedio que la extracción de la pieza dentaria. Otra consecuencia es el desgaste severo que suele llegar a más de la mitad del diente. En ocasiones, estos suelen aflojarse con el excesivo apretamiento o frotamiento; y también se produce dolor intenso en los músculos masticadores, músculos del cuello, y hasta lesiones severas en la articulación de la mandíbula.
El odontólogo añade: “un desgaste severo puede incluso hacer perder la altura de nuestra mordida, disminuyendo la dimensión vertical de nuestra cara. Eso no solo afecta la estética facial, sino también la articulación de la mandíbula, generando dolor”.
Por otra parte, la presión ejercida entre los dientes de un paciente que aprieta o bruxa puede ser de 10 a 30 veces mayor que en un paciente sano. Semejante presión afecta también a las encías y a los ligamentos que fijan nuestros dientes, inflamándolos y provocando enfermedad periodontal (piorrea)
La férula de descarga, ¿cura el bruxismo?
Parte de la solución para el bruxismo y los problemas que ocasiona está en el uso de la férula de descarga. Esta protege las piezas dentarias y las reconstrucciones que se hayan realizado, previniendo un mayor desgaste. Asimismo, reprograma la mordida y relaja los músculos masticatorios para disminuir esta función anormal.
Sin embargo, el Dr. Carlín aclara que el bruxismo no tiene curación, puesto que es involuntario y de alguna manera es una descarga de nuestro cuerpo ante el estrés. “Reaparecerá periódicamente ante determinadas situaciones de tensión”. Pero, sí podemos atenuar los signos y síntomas usando la férula de relajamiento muscular (placa de descarga).
También recomienda masajes en los músculos de la cara (masticatorios), miorelajantes, ejercicios de apertura y cierre mandibular con compresas de agua tibia, terapia psicológica y procurar canalizar la carga emocional algo difícil pero muy necesario.
Complejidad del tratamiento
Esta depende de la severidad del caso, pero podemos decir que no suele ser costoso ni complejo en casos leves y moderados (la mayoría). Por otro lado, sí puede resultar complejo si el grado de desgaste fuese muy marcado; en estos casos se requiere de una rehabilitación completa de cada una de las piezas dentarias: reconstruir y devolver la anatomía original a cada uno de los dientes, anota el especialista.
Importante: El servicio de odontología del Policlínico de la Universidad de Piura funciona horario completo, mañana y tarde, con tarifa corporativa.
Es bueno saber que
- El bruxismo no distingue edades ni sexo pues lo puede presentar cualquier persona sometida a estrés, con apiñamiento dental y pacientes con curaciones recientes, que hayan quedado elevadas.
- El odontólogo lo guiará de la mejor manera.
- No es conveniente aplicar una terapia buscada en algún foro de Internet, que suele pasar.
- En ocasiones muy puntuales, harán falta tratamientos multidisciplinarios en los que también participen: un otorrinolaringólogo, un psicólogo y un fisioterapeuta.